Como vienen contando los medios de comunicación durante las últimas semanas, el desenlace de la crisis de la deuda griega parece estar llegando a su fin. Como preveían algunos analistas tras la victoria de Syriza en las últimas elecciones, el país heleno y la Unión Europea no consiguen llegar a un acuerdo que beneficie mutuamente a ambas partes. Con la soga sobre el cuello, pocas son las alternativas al alcance del gobierno de Tsipras, que dentro de unos meses podría declarar la bancarrota. Mientras tanto, la credibilidad de la moneda única y la unión de los 27 están en juego.
Como siempre, la ciencia económica puede arrojar luz sobre este asunto. En este caso, la aplicación de la Teoría de Juegos a las negociaciones Grecia-UE constituye un punto de vista distinto e interesante.
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