El puerto de Shanghai es el de mayor tráfico de contenedores del mundo.
Hablar de comercio internacional es hablar de circulación de mercancías, bienes producidos para ser consumidos por alguien distinto del productor, al que solo pueden llegar desplazándose saliendo del lugar original en el que fueron elaborados. Siempre ha sido así, primero, de forma esporádica y, después, de manera sistemática cuando el capitalismo generalizó su producción, llegando tan lejos como resulta posible y poniendo en contacto a unos países con otros.
Especialmente a partir del siglo XIX, cuando la exportación de manufacturas se volvió fundamental para la supervivencia de las fábricas, el comercio internacional ha dado lugar a importantes transformaciones en la economía mundial, tejiendo la división internacional del trabajo que conocemos hoy en día. En ella los países de la periferia tuvieron que integrarse prácticamente sin elección. Por su parte, los países centrales se han mostrado más o menos favorables a los intercambios con el exterior según las circunstancias de cada momento histórico.
Algunos de los principales beneficios del comercio internacional identificados en el largo debate sobre sus ventajas y desventajas son:
- Mejora en la asignación de recursos.
- Aumento de la productividad.
- Crecimiento de la capacidad productiva y el nivel de vida de la sociedad.
1.-Antecedentes
Si repasamos la historia del capitalismo, podremos observar que los períodos de mayor apertura comercial han sido 1860-1880, la primera posguerra mundial hasta el desencadenamiento de la crisis y de 1950 en adelante. Por contra, los períodos de mayor proteccionismo y autarquía han sido los años treinta y la Segunda Guerra Mundial. En cualquier caso, las estadísticas de Maddison revelan un crecimiento progresivo del peso de las exportaciones sobre el PIB mundial.
Centrándonos en la época actual de la economía mundial, debemos saber que esta se inicia después de la II Guerra Mundial. A partir de los acuerdos del GATT se inicia la reducción de los aranceles y barreras comerciales. Si bien es cierto que las actuaciones se concentraban en las relaciones entre países desarrollados, a partir de entonces comienza un período de gran apertura comercial, muy relacionado con el impresionante crecimiento del PIB mundial durante la Edad de Oro del capitalismo.
2.-Origen y causalidad
El origen de la apertura comercial que se produce después de la Segunda Guerra Mundial es el deseo de los países que participan en el diseño de un nuevo orden internacional de no repetir los errores de la primera posguerra mundial. En ese momento se decidió adoptar medidas liberalizadoras de los intercambios tomando como referencia las teorías de David Ricardo sobre las ventajas del comercio, complementadas con las aportaciones de otros economistas.
Sin embargo, los cambios que se vienen dando desde la segunda mitad del siglo XX han puesto de manifiesto la necesidad de modificar las tesis de la teoría del comercio. Para su adaptación a la actualidad deberían tenerse en cuenta factores que han adquirido una gran relevancia durante los últimos años, tales como las economías externas y de escala, el carácter imperfecto de la competencia, el contenido tecnológico, la diferenciación de productos o los procesos de especialización dinámica.
Se trata de cambios necesarios en una época en que la mayoría de países consideran al comercio fundamental en la consecución de sus objetivos de crecimiento económico y desarrollo.
3.-Rasgos actuales
El comercio internacional que estamos estudiando en este tema está muy relacionado con otro proceso del que nos hemos ocupado anteriormente, la internacionalización productiva. Los intercambios a escala mundial son fomentado por la descomposición y diseminación por parte de las empresas de sus procesos productivos alrededor del mundo y de la IED. Como consecuencia, gran parte del comercio actual de mercancías y servicios está compuesto por:
En esta clasificación, comercio intrafirma e intraindustrial están separados, aunque un intercambio puede clasificarse como de ambos tipos al mismo tiempo. Por otro lado, en la CUCI (Clasificación Uniforme del Comercio Internacional), establecida por Naciones Unidas, es donde se establece la clasificación de los productos que pueden ser comercializados.
Profundizando en la evolución de los intercambios comerciales durante las dos últimas décadas, podemos observar que el comercio mundial ha crecido más que la producción mundial, con el consiguiente aumento en el grado de apertura de las economías. Asimismo, también se ha ampliado el rango de sectores que participan en él.
- Productos intermedios o semielaborados.
- Comercio intrafirma: entre las filiales y entre las filiales y la matriz de un grupo transnacional (se registra como exportación la venta de componentes de Volkswagen España a Volkswagen Alemania). Este tipo de intercambios permiten a las multinacionales aprovechar ventajas como las economías de escala, especializando a cada planta en una fase de la producción.
- Comercio intraindustrial: dentro del mismo sector, con productos similares que no tienen por qué ser iguales (volantes por cajas de cambio en el sector del automóvil).
En esta clasificación, comercio intrafirma e intraindustrial están separados, aunque un intercambio puede clasificarse como de ambos tipos al mismo tiempo. Por otro lado, en la CUCI (Clasificación Uniforme del Comercio Internacional), establecida por Naciones Unidas, es donde se establece la clasificación de los productos que pueden ser comercializados.
En primer lugar, una comparación entre períodos históricos revela que la tendencia al aumento del comercio internacional se acelera en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, especialmente en los años sesenta, para luego darse a partir de los setenta una ralentización de la producción.
Desde un punto de vista cualitativo, se detecta un ascenso del comercio interindustrial, intraindustrial e intrafirma que hace disminuir la importancia de los intercambios de primeras materias frente a las manufacturas, dando lugar a un comercio cada vez más dominado por factores como la diferenciación de producto, economías de escala y decisiones internas de empresas que por las ventajas comparativas.
De este modo, se está produciendo una profunda transformación en la estructura del comercio mundial por productos y tipo de transacciones. Así las mercancías no dejan de ganar protagonismo dentro del intercambio de bienes siendo las que más crecen, mientras que el comercio de servicios crece a mayor ritmo que el de bienes y las materias primas pierden participación.
Las relaciones comerciales ofrecen una estructura geográfica en la que hay elementos de continuidad y de cambio. Entre 1953 y 1973 se produce un gran aumento de la participación europea y japonesa en el comercio mundial de mercancías, en detrimento de la de Norteamérica, subiendo en términos agregados la cuota de esas tres grandes áreas (61-68’4% para las exportaciones y 62-70’6% para las importaciones). En los cinco lustros siguientes, hasta 1997, el sentido de la evolución agregada de estas tres áreas se invierte debido al ascenso de los nuevos países industrializados de Asia (en ese período pasan del 3 al 10% tanto en exportaciones como en importaciones).
De esta manera, está aumentando la concentración del comercio mundial, pues la cuota conjunta de las grandes áreas económicas más las economías emergentes del sudeste asiático no deja de subir desde 1953.
También podemos caracterizar la estructura y el comportamiento en función de la matriz geográfica de los flujos, es decir, de la importancia relativa de las distintas áreas con las que cada espacio comercia. Desde esta perspectiva, observamos que gran parte del comercio en las regiones más desarrolladas es intrarregional, se produce en su interior. Además, la mayoría de los intercambios en estas regiones se producen entre ellas mismas. También en la década de los noventa se observa un aumento de los intercambios internos en los espacios con un menor grado de integración comercial anterior, aunque se den más intercambios entre estos países y los más desarrollados. En consecuencia, más que de globalización, debemos hablar de un proceso de regionalización, no de integración comercial a escala mundial. Por contra, la mayor parte de los países subdesarrollados siguen con un bajo comercio intrarregional.
Así las cosas, las participaciones relativas de los grandes exportadores e importadores mundiales de mercancías también están cambiando. En 1997 la UE15 mantiene el liderazgo tanto en exportaciones como en importaciones, pero con un escaso margen sobre Estados Unidos y Japón.
Tampoco debemos olvidar el papel protagonista que las empresas transnacionales tienen en este proceso en el que sus intercambios suponen dos terceras partes del comercio mundial.
Pero en contraste con este desarrollo aperturista del comercio, en la actualidad han surgido nuevas formas de proteccionismo debido a la ralentización del ritmo de crecimiento económico, los cambios en la estructura productiva de los países, los procesos de reconversión de los sectores en crisis y el aumento del paro. Como resultado, algunos países han aplicado distintos tipos de restricciones (subsidios a la producción o a la exportación, barreras arancelarias, etc.).
Tampoco debemos pasar por alto la inestabilidad de los tipos de cambio, un rasgo destacado y perturbador en el desarrollo del comercio durante el último siglo, manteniéndose el dólar como la moneda más utilizada en los intercambios comerciales.
4.-Implicaciones
Para estudiar los efectos que el comercio internacional tiene sobre variables como el crecimiento o el bienestar, empecemos desde un punto de vista global:
- Si bien es difícil de contrastar empíricamente, el comercio internacional, más que ser causa directa de mejoras en la producción y de crecimiento, contribuye a crear las condiciones que los propician (asignación de recursos, aprendizaje tecnológico, productividad) y a hacer desaparecer las que los inhiben. Sin embargo, no podemos asegurar que el comercio fomente siempre el crecimiento. A pesar del alto grado de apertura del que hoy disfrutan los intercambios internacionales, estamos inmersos en una duradera ralentización del crecimiento económico.
- El comercio mundial no tiene, como se afirma en muchas ocasiones, por qué provocar mejoras en el bienestar. Ocurre todo lo contrario cuando las empresas de un país no son capaces de competir con los productos extranjeros, dando lugar a la destrucción del tejido productivo y de numerosos puestos de trabajo. Por otro lado, no está nada claro que el comercio sea de ayuda a la hora de combatir la desigualdad.
- El comercio internacional también tiene consecuencias negativas para el medioambiente. La construcción de infraestructuras y utilización de medios de transporte para llevar a cabo el transporte de mercancías tienen un alto impacto medioambiental.
Por otra parte, identificamos los siguientes efectos sobre cada economía en particular:
- En este caso, el comercio, junto con la inversión, es uno de los principales motores de crecimiento para la economía de un país. Ambas incentivan el aumento de capacidad de la industria, el incremento de la productividad y otras mejoras.
- No existe una relación clara entre comercio y bienestar. Que los intercambios de mercancías entre países den lugar a una mejora en el nivel de vida de sus habitantes depende de la riqueza producida por estas actividades, la composición de esa riqueza y su distribución interna e internacional.
- Dependiendo de la especialización de cada economía, el comercio puede resultar más o menos beneficioso. Las consecuencias de este no serán las mismas para un país concentrado en la producción de alta tecnología, donde los salarios serán altos y el nivel de vida de la población también, que en un país dedicado al sector primario, donde ocurrirá lo contrario.
- Es necesario matizar muy bien la relación entre comercio y competitividad. Que las empresas de un país o de un sector sean o no competitivas depende de factores internos, propios de las empresas, y de otros derivados del entorno del país.
5.-Regulación
A la hora de tratar el tema de la regulación, debemos tener en cuenta que, si bien es cierto que durante las últimas décadas se ha producido una apertura comercial a partir de las medidas tomadas por la OMC, los estados siguen teniendo mucho peso en el establecimiento del marco regulatorio, siendo peligrosas las tendencias proteccionistas de algunos.
El mando de la regulación multilateral lo tiene la OMC, con mucha más capacidad de actuación que el GATT. Otros actores fundamentales en el establecimiento de regulaciones son los bloques comerciales, que pueden actuar de forma complementaria o antagónica frente a la OMC.
La OMC funciona a partir de grupos de trabajo sobre diversos temas relacionados con el comercio y que suscitan problemas actualmente (agricultura, derechos de propiedad intelectual, inversiones financieras…), a partir de cuyo tratamiento pueden derivarse nuevas normas.
Pero diversos autores aluden a la necesidad de aplicar normas comerciales que busquen, no la armonización, sino la coexistencia pacífica entre distintas políticas nacionales, dado que no existe una sola receta para el progreso económico.
CONTINUARÁ…
BIBLIOGRAFÍA
- MARTÍNEZ GONZÁLEZ-TABLAS, A. (2000): Economía política de la globalización, Ariel, Barcelona.
- Clases de Economía Mundial del Prof. Dr. Juan Manuel Ramírez Cendrero (Universidad Complutense de Madrid).
Autor:
Manuel V. Montesinos