Grandes Economistas. Capítulo 1: Pensar sobre lo que otros pensaron


En medio de la controversia creada por la ley de Educación del Gobierno de Rajoy (LOMCE), el debate sobre el papel de la Filosofía en las aulas representa uno de los muchos puntos de discordia entre los miembros de la comunidad educativa. Frente a los que apelan a la "excelencia" o la necesidad de "innovar" para reclamar un mayor protagonismo de las Ciencias, un grupo de profesores, alumnos y personalidades del mundo de la cultura ha estado haciendo bastante ruido durante los últimos meses en defensa de las Letras. En el caso de la Filosofía, alertan sobre los perjuicios derivados de relegar la materia a un espacio marginal en los planes de estudios. El anuncio de una reestructuración en la Universidad Complutense de Madrid que haría desaparecer a la Facultad de Filosofía no ha servido más que para echar más leña al fuego.

Pero permítanme que les recuerde que esta tendencia no es ninguna novedad. Los estudiantes de Economía lo sabemos bien. Si repasamos los planes de estudio de las principales facultades de Económicas y Empresariales de nuestro país, veremos que Historia del Pensamiento Económico es en la mayoría de los casos una asignatura optativa (por ejemplo, en la Complutense dejó de ser una materia anual para convertirse en una optativa impartida durante un cuatrimestre).

Ya hemos comentado en Hablamos? el rol clave que debe desempeñar la Historia en la formación de los economistas. "Entender el ayer para hablar del mañana", decíamos en esa ocasión. Con la Historia del Pensamiento Económico ocurre lo mismo. Se me antoja algo complicado avanzar en la producción de ideas sin conocer las que otros han tenido antes. Es más fácil pensar sobre lo que otros pensaron. Ninguna duda tengo de ello, y menos aún después de ser de los pocos que en mi Facultad nos atrevemos a cursar esta asignatura en lugar de la masificada Fundamentos del Marketing. Por esta razón, y con la intención de cultivar el carácter divulgativo de este blog, me gustaría compartir con nuestros lectores parte de lo que he aprendido gracias a esta asignatura.

Debo reconocer que abordar el desarrollo del pensamiento económico occidental no es tarea fácil. Para empezar, ¿cómo delimitamos lo que es Economía y lo que no? Conviene andar con cuidado a la hora de responder esta pregunta, ya que la Economía como género intelectual ha experimentado una evolución enorme. Los antiguos griegos nos legaron la palabra oikonomía (oîkos, "casa", y nomos, "ley"), limitando su significado a la administración de la casa. Pasada la Edad Media, la Economía era tratada como un subconjunto de la filosofía moral, desarrollándose bajo la denominación de "Aritmética Política" en el siglo XVII y "Fisiocracia" en el XVIII. Pero con el tiempo esta disciplina fue adquiriendo su forma moderna en buena medida con el nombre de "Economía Política", que es precisamente la que se menciona en la definición de Alfred Marshall: "la Economía o Economía Política es el estudio de las actividades humanas en los actos corrientes de la vida".

Dada la gran extensión de tiempo y experiencia humana, cabe una segunda pregunta: ¿por dónde tendríamos que empezar un estudio de la historia del pensamiento económico? Aunque el problema económico básico tuvo que estar presente en el pensamiento de los humanos desde que comenzaron a caminar erguidos, deberíamos mirar hacia el principio del tiempo registrado para buscar nuestra materia prima. Tampoco podemos olvidar que la Economía ha ingresado relativamente hace poco tiempo en el club de las disciplinas científicas.

Para muchos la Economía como ciencia surge en la segunda mitad del siglo XVIII de la mano de Adam Smith. Entonces, ¿por qué no empezar por ahí la historia de esta disciplina? Sencillamente porque la obra del escocés y el resto de economistas clásicos no puede ser entendida del todo por sí misma al consolidar, resumir y sintetizar el trabajo de sus precursores.

Mejor iniciar nuestro análisis con una de las bases más importantes del pensamiento occidental, la tradición judeocristiana, en la que encontramos una serie de ideas relacionadas con la Economía. Para empezar, en los textos de ambas religiones se puede encontrar un concepto del "buen vivir" vinculado al de la "tierra prometida" como lugar que se pretende alcanzar y en el que todas las necesidades están cubiertas. Otra de las ideas centrales es la de amar al prójimo como a uno mismo. No es egoísmo, un sentimiento negativo y destructor. Se trata de tomar el amor hacia uno mismo como referencia para amar a los demás.

Estas religiones también atribuyen ciertos derechos a los individuos. Por ejemplo, se protege al pobre a través de diversas disposiciones, y al trabajador se le reconoce el derecho a percibir un jornal y a descansar un día a la semana. Asimismo, en la ley judía aparece la posibilidad de abolir la esclavitud mediante la institución del año sabático. Por esta norma, cada siete años los judíos tenían la obligación de mantener las tierras sin arar y cancelar sus deudas, entre ellas las que tenían los esclavos, haciendo posible su liberación. Otra institución relacionada es el año jubilar, por la cual la propiedad de la tierra solo podía durar cincuenta años, siendo obligatoria su venta transcurrido ese periodo.

Por otra parte, se proscribía el préstamo entre los israelitas. Podían realizar préstamos entre ellos, pero sin intereses. No obstante, sí se podían aplicar intereses si el receptor del préstamo no profesaba la religión judía. Probablemente sea de esta circunstancia de donde procede la concepción negativa que las actividades de préstamo y banca han tenido en nuestra sociedad hasta nuestros días, al igual que la asociación de estas al colectivo judío.

Por último, en el Antiguo Testamento se halla la que posiblemente sea la primera aparición del concepto de fluctuaciones económicas. Nos referimos al capítulo 41 del libro del Génesis. Del sueño de las vacas gordas y las vacas flacas que tiene el Faraón de Egipto, José extrae como conclusión la necesidad de acumular reservas en los años de bonanza con tal de hacer frente a la escasez de las épocas de crisis.

Continuará...

Bibliografía

  • Clases de Historia del Pensamiento Económico del Prof. Dr. Fernando Méndez Ibisate (Universidad Complutense de Madrid).
  • Ekelund, R.B. y Hébert, R.F. (1992): Historia de la teoría económica y de su método, McGraw-Hill, Madrid.
  • Perdices de Blas, L. (editor) (2003): Historia del Pensamiento Económico, Síntesis, Madrid.

Autor:
Manuel V. Montesinos
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