Un microcrédito es un préstamo pequeño que suele concederse a una persona con un reducido nivel de recursos económicos y que no reúne los requisitos necesarios para acceder al sistema bancario convencional. Los recursos obtenidos por los beneficiarios se pueden destinar a la puesta en marcha de pequeñas empresas, contribuyendo al autoempleo o al consumo.
Los microcréditos surgieron en la década de 1970 gracias a Muhammad Yunus. A partir de sus investigaciones en su país natal, Bangladesh, este profesor de Economía descubrió que es posible ayudar a la población más pobre mediante la concesión de pequeñas cantidades de dinero.
Para poner un ejemplo, imaginemos la situación de Sara. Ella sabe hacer unas tartas deliciosas. Todos los que las han probado, la han animado a que se dedique a venderlas. Pero no puede, pues no tiene ahorros suficientes para crear su negocio. Además, ninguo de los bancos que conoce se fía de ella, ya que no tiene trabajo ni recursos con los que devolver el préstamo. Un microcrédito podría ser la solución. Con una pequeña suma de dinero, Sara podría abrir su pastelería y, con los ingresos que obtendría, iría devolviendo poco a poco el crédito. Para ayudar a personas como Sara, el profesor Yunus creó el Banco Grameen. La obra de esta entidad ha sido clave para el desarrollo de las microfinanzas, donde priman los objetivos de índole social sobre los beneficios financieros.
Sin embargo, esta iniciativa ha generado alugnos efectos adversos. Por un lado, la falta de una regulación adecuada ha permitido la concesión de préstamos con tipos de interés demasiado altos, creando problemas de sobreendeudamiento. Por otro, muchos proyectos de microcréditos requieren la asociación de varias personas, siendo la devolución del dinero prestado a cada una de ellas condición para que las demás reciban la parte del préstamo que les corresponde. A menudo este procedimiento ha dado lugar a excesivas presiones entre los miembros del grupo. No obstante, su éxito en la lucha contra la pobreza en los países en vías de desarrollo ha fomentado la expansión de los microcréditos por todo el mundo.
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| Muhammad Yunus, recogiendo el Premio Nobel de la Paz en 2006. |
Sin embargo, esta iniciativa ha generado alugnos efectos adversos. Por un lado, la falta de una regulación adecuada ha permitido la concesión de préstamos con tipos de interés demasiado altos, creando problemas de sobreendeudamiento. Por otro, muchos proyectos de microcréditos requieren la asociación de varias personas, siendo la devolución del dinero prestado a cada una de ellas condición para que las demás reciban la parte del préstamo que les corresponde. A menudo este procedimiento ha dado lugar a excesivas presiones entre los miembros del grupo. No obstante, su éxito en la lucha contra la pobreza en los países en vías de desarrollo ha fomentado la expansión de los microcréditos por todo el mundo.
