La tendencia turística de las Islas Baleares en 2017


Las Islas Baleares son una de las mayores reliquias del mediterráneo. Su posición estratégica como centro turístico entre Europea y África, con su clima perfecto y su pertenencia a la Unión Europea como parte del Reino de España han sido claves para su permanencia como uno de los mejores lugares del planeta en los que vivir. Sin embargo, la dependencia total de la economía, y por ende el empleo y el funcionamiento de los servicios básicos, al sector turístico puede ser la misma perdición para los residentes de las islas.


Existen indicios de que el actual crecimiento vertiginoso se debe más a factores externos (caída de los destinos turísticos del norte de África, situación política de Grecia, etc) que a mejoras de la oferta que realizan las Islas Baleares (el gasto medio por turista no crece, crecemos vía masificación y no calidad turística).


El peligro de encontrarnos en una burbuja económica y no tomar las medidas necesarias es una realidad. Se trata de un error muy fatal creer que todo va a seguir subiendo sin parar y teniendo en cuenta la creciente dependencia con los años hacia el turismo y en vista de que se prevé aumentar ésta misma (recordemos el 23% en el año 2010 frente al 28% en 2016, aumentando en 30.000 las personas que presentan ocupación en el sector) y con un modelo el cual se centra en la masificación de la gente y no en la calidad de ésta última, habrá que tener en cuenta que una vez que la masificación entre en decadencia (además de tener un límite el espacio de la isla), no habrá un recurso válido y de calidad del cual poder aprovecharse.


Por lo que sería conveniente recoger los frutos que puedan dar este sector ahora que está en una época de bonanza e invertir en otros sectores más maltratados o en lograr un turismo de más calidad (recordemos que el gasto por turista no ha aumentado lo suficiente, por lo que apostando por un turismo de calidad el cual sí deje dinero, se podría mantener mucho más fácilmente) con el fin de crear empleo sostenible a largo plazo. A fin de cuentas, cuando la época de bonanza termine y no haya esa fuente de ingresos por la masificación, no querremos ver que caigan de manera súbita los ingresos ni el porvenir de la gente que depende del turismo.



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