Bolsa de Nueva York.
¿Qué son las finanzas? ¿Cuál es el papel de las finanzas? Preguntas como estas son cruciales para el análisis de las operaciones financieras internacionales que nos disponemos a llevar a cabo.
Antes de nada, debemos recordar que las operaciones financieras existen desde hace miles de años. Cuando un agente económico consume más de lo que produce, tiene necesidad de financiación, de fondos que le prestará otro agente que genere más de lo que consume.
Por esta razón las mercados financieros son capaces de incrementar el bienestar social. Por un lado permiten que los fondos ahorrados se sitúen allí donde se pueden usar con una mayor rentabilidad o eficiencia; por otro, posibilitan a los inversores la elección del nivel de riesgo que mejor se ajusta a sus preferencias, al diversificar el rango de activos en los que pueden materializar sus inversiones.
No obstante, las operaciones financieras pueden convertirse en perjudiciales si las condiciones de financiación no son asumibles, es decir, si la devolución de los fondos hace imposible la generación futura de ingresos. Pero con condiciones adecuadas de financiación las empresas, por ejemplo, pueden expandirse y generar ingresos futuros, mientras que los Estados pueden hacer frente a sus gastos.
También hay que tener en cuenta el carácter intertemporal de estas operaciones, la rapidez con que se producen los intercambios y el fuerte impacto que las alteraciones de estos flujos tienen en la actividad económica real, lo que los distingue del resto de transacciones económicas. Además, el proceso de globalización financiera ha ampliado la profundidad y la eficiencia de los mercados, elevando al mismo tiempo los niveles de riesgo que se derivan del potencial contagio de una crisis.
1.-Los tres mercados
Podemos distinguir dos principales tipos de operaciones financieras internacionales: los préstamos internacionales y las inversiones (en cartera o extranjera directa). Nos centraremos en las inversiones en cartera, inversiones en activos financieros como bonos o acciones que pueden ser realizadas en tres mercados:
- Mercado de divisas: en él se intercambian divisas, moneda extranjera que puede ser utilizada para realizar compras a otros países o bien para especular, buscando ganancias en las fluctuaciones del valor de estas. De hecho, la mayoría de operaciones en este mercado está asociada a la especulación (antes de la crisis, el PIB mundial era de 80 billones de dólares, la compra de mercancías y servicios se cifraba en 25 billones de dólares al año y la operaciones de divisas en nada más y nada menos que 1000 billones). Para el seguimiento del mercado de divisas se recurre a los tipos de cambio, la relación entre dos divisas, que depende de la oferta y la demanda de estas. Esta relación funciona a la inversa: si una de las divisas se debilita, la otra se hace más fuerte.
- Mercado de acciones o de renta variable: en él se compran y venden acciones, títulos de renta variable, sin un valor fijo debido a la fluctuación de las cotizaciones. Estas cotizaciones deben reflejar la capacidad de la empresa emisora para generar beneficios y, por supuesto, la relación entre oferta y demanda. Sin embargo, este mercado también es víctima de la especulación. Para su seguimiento se recurre a los índices bursátiles (Ibex, Dow Jones, Nikkei…), promedio de las cotizaciones en Bolsa.
- Mercado de deuda o de renta fija: en él se intercambian bonos, títulos de renta fija, es decir, con un tipo de interés fijo, que permiten a las empresas y a los Estados financiarse a cambio de unos intereses. Indicadores como la prima de riesgo, el diferencial de interés o el riesgo país permiten seguir la evolución de estos mercados. Estos indicadores están medidos en puntos básicos (100 puntos básicos es igual a 1 punto porcentual) para evaluar la posibilidad de impago del emisor del bono, de tal manera que cuanto mayor sea el nivel de la prima de riesgo, más probable es que el emisor no devuelva los fondos que le han prestado. En el caso concreto de la prima de riesgo, si por ejemplo Alemania emite deuda pública al 1% y España al 2’5%, la prima de riesgo española es del 1’5% (la diferencia). A veces este mercado se ve sometido a una gran inestabilidad debido a los sucesivos intercambios de títulos que realizan los inversores en el mercado secundario una vez que esos títulos se han emitido, lo que tiene repercusiones sobre los precios de la próxima emisión.
2.-Determinantes de la globalización financiera
El proceso de globalización financiera actual comienza en la década de 1970 con la creación de centros financieros internacionales a partir de las diferencias entre las legislaciones nacionales. Las empresas financieras, en particular la banca, se instalaron allí donde menos trabas tenían para operar, especializándose en el empleo de instrumentos financieros denominados en una moneda diferente de la emitida por el país en el que se ubicaban (depósito de yenes en Nueva York, por ejemplo).
Durante las crisis del petróleo (1973 y 1979) estas entidades adoptan un papel de intermediador al ser depositarios de los excedentes de los países productores de petróleo, fondos que luego prestaban a agentes públicos y privados de países en desarrollo.
Esta labor de intermediación se ha visto potenciada a lo largo del tiempo por dos razones: primero, por la supresión de las diferencias y barreras legislativas entre los países y creciente similitud de trato entre las distintas entidades dentro de un país, proceso en el que el Banco de Pagos Internacionales ha sido fundamental. En segundo lugar, la libertad de movimientos de capital ha crecido mucho gracias al impulso del FMI.
Por último, a la globalización financiera también han contribuido las nuevas tecnologías de la información, que han permitido interconectar los mercados, incrementar la velocidad de transmisión de datos y elaborar sistemas más fiables de registro de operaciones.
3.-Los mercados internacionales
A. Tendencias y evolución
El rápido crecimiento que desde los años setenta ha experimentado la inversión en cartera frente a la IED (que también ha crecido, pero menos) se debe, en primer lugar, a la aparición de los inversores institucionales (compañías de seguros, fondos de inversión, fondos de pensiones), que comparten protagonismo con los bancos internacionales. Estos agentes se dedican a acumular el ahorro de sus impositores y rentabilizarlo a través de la inversión en activos financieros.
Al mismo tiempo, las entidades bancarias han perdido el papel tradicional que tenían como intermediarias entre el ahorro y la inversión debido a la conformación de un sistema de calificación de las emisiones de deuda, con análisis del riesgo y del rendimiento, lo que ofrece cierta garantía al inversor. A ello se dedican las agencias de calificación, compañías privadas que evalúan las emisiones de deuda de los países y la calidad de estos títulos periódicamente, basándose para ello en la posibilidad de impago de esa deuda (a menor probabilidad de impago, mejor nota).
Estas agencias desempeñan un papel crucial en el sistema financiero actual, pues disminuyen los requerimientos de información de los inversores y satisfacen la necesidad de conocer el riesgo de los activos en que se puede invertir. No obstante, su desempeño se ha puesto en cuestión con el estallido de esta crisis, acusándolas de asignar notas erróneas a las emisiones de deudas y proporcionando así información falsa a los inversores. La actuación procíclica y retrasada de estas agencias contribuye a la exacerbación de los movimientos en los mercados, además de tratarse de un sector dominado por solo tres entidades.
En este entorno más competitivo, la banca llevó ha llevado a cabo un proceso de globalización, llegando a implantarse en los llamados mercados emergentes, países en desarrollo que se han convertido en objeto de atención de los inversores gracias a los procesos de liberalización comercial y financiera que han experimentado, su fuerte crecimiento económico y la elevada competencia en mercados más maduros. No obstante, no todos los países en desarrollo se han visto afectados de esta forma por la globalización financiera. Para muchos este proceso ha sido perjudicial, al tratarse de mercados reducidos, poco líquidos y poco competitivos, favoreciendo así la volatilidad e inestabilidad financiera. La falta de instituciones con suficiente capacidad reguladora también ha dado lugar a estas asimetrías.
Si a todo ello añadimos la creciente complejidad de los instrumentos financieros así como la facilidad para transferir riesgos entre agentes (a través de los derivados financieros) nos encontramos con un sistema financiero globalizado en el que la volatilidad depende de factores de muy diversa índole y en el que la facilidad en la transmisión de riesgos implica que un gran número de países puedan verse afectados por una crisis originada en cualquier lugar del mundo.
B. Fundamentos de la inestabilidad financiera
Una característica fundamental de los mercados financieros actuales es la rapidez con la que se trasmiten y ejecutan las operaciones de compra-venta. Esta y el gran volumen de fondos que se pueden movilizar son las principales causas de inestabilidad en los mercados financieros, asociada a los comportamientos de manada.
El fenómeno de los comportamientos de manada se produce cuando los agentes actúan basándose en el comportamiento de otros agentes y generan pautas que se refuerzan (ventas masivas de activos por parte de muchos inversores al mismo tiempo que producen fuertes caídas de los precios).
Los comportamientos de manada dan lugar a una falta de liquidez en los mercados, que es lo que ocurre cuando el comportamiento de los agentes afecta a los precios de los activos.
La escasez y asimetría en la información de la que disponen los agentes son otras de las causantes de los comportamientos de manada, de manera que a menudo las decisiones de los inversores se fundamentan en las tendencias del mercado.
La inestabilidad financiera también se debe a la complejidad actual de las relaciones financieras que, si bien ha permitido expandir la actividad financiera y suavizar el impacto de las perturbaciones no sistémicas en los balances de las empresas, incrementa la vulnerabilidad del sistema ante perturbaciones globales o sistémicas.
4.-Crisis financieras: rasgos relevantes
Una de las características más relevantes del sistema financiero internacional es la tendencia creciente a sufrir turbulencias de diversa índole. Esta propensión está ligada a la interdependencia entre mercados generada por la globalización y la propia forma de operar de los mercados. Estos trastornos pueden afectar solo a los mercados financieros o a toda la economía, generando grandes costes y pérdidas de bienestar.
Podemos distinguir tres tipos de crisis:
- Crisis cambiaria: la producida cuando la moneda nacional sufre una depreciación o devaluación fuerte por intensas presiones vendedoras en el mercado.
- Crisis bancaria: se desencadena cuando una parte importante del sistema financiero nacional se vuelve insolvente.
- Crisis de deuda: incapacidad de hacer frente al pago de compromisos adquiridos en divisas. Puede adoptar dos variedades: de liquidez (escasez de moneda extranjera temporal, existiendo la posibilidad de generar en el futuro recursos suficientes para reembolsar a los prestamistas) o de solvencia (incapacidad estructural para hacer frente a los pagos en divisas del servicio de deuda). Cuando el deudor problemático es el Estado, de denomina crisis de deuda soberana.
Los tres tipos de crisis pueden estar relacionados, pudiendo una dar lugar a las otras. En cuanto a los problemas que estas generan, hay que distinguir los problemas coyunturales de los estructurales. Los primeros se pueden corregir mediante políticas económicas de gestión del ciclo. Los segundos requieren cambios más profundos. Por último, debemos saber que una crisis puede surgir tanto en el sector privado como en el público, pudiéndose transmitir más tarde de uno a otro.
A. Gestión de crisis financieras internacionales
Durante los años transcurridos desde la década de 1970 se han sucedido decenas de crisis financieras que han afectado a numerosos países, tanto desarrollados como en desarrollo, aunque muchas de ellas solo han afectado a los países donde se han iniciado.
Se trata de crisis muy dispares, siendo el único elemento en común entre ellas su carácter sorpresivo, ante la falta de elementos para predecir su aparición o debido a acontecimientos inesperados. Mientras en algunas se siguen pautas predichas por la teoría económica, en otras la teoría queda a la zaga de la realidad y es el análisis de esta el que dicta cómo se debe proceder para evitar repetir errores.
Por otro lado, los efectos económicos de las crisis financieras dependen en buena medida de las políticas económicas seguidas antes y después de la crisis. En consecuencia, las políticas macroeconómicas inadecuadas pueden agudizar los efectos de la crisis y propiciar que sea múltiple, mientras que las correctas permiten superarlas rápidamente.
CONTINUARÁ…
BIBLIOGRAFÍA
- MAESO, F. (2013): Mercados financieros internacionales, en ALONSO, J.A. (Dir.): Lecciones sobre economía mundial, Thomson-Reuters / Civitas, Cizur Menor.
- Clases de Economía Mundial del Prof. Dr. Juan Manuel Ramírez Cendrero (Universidad Complutense de Madrid).
Autor:
Manuel V. Montesinos