En busca de la excelencia

 Bandera de la Comunidad de Madrid.
Como comentaba en la entrada anterior, la Economía de la Educación es una poderosa herramienta para resolver los problemas de este sistema educativo del que tanto nos quejamos en España, y con razón. Todos estaremos de acuerdo en que queremos una educación pública mejor, de calidad y que garantice la igualdad de oportunidades en el seno de nuestra sociedad. Pero, ¿por dónde empezar? ¿Cuáles deben ser nuestras prioridades? Durante el gobierno de Rajoy los responsables de Educación han respondido a estas preguntas repitiendo una y otra vez la palabra "excelencia". En su opinión, el hecho de que en España tengamos menos estudiantes top que la media de la OCDE se debe a que hasta ahora se ha promovido la equidad, dejando de lado la excelencia

No obstante, la excelencia en la Educación no solo ha sido una preocupación de los populares a nivel estatal. La Comunidad de Madrid, gobernada por el Partido Popular desde 1995, ha realizado diferentes actuaciones en este sentido, como la concesión de becas y premios al rendimiento académico o la creación del Bachillerato de Excelencia. A la evaluación de los efectos de esta última política se ha dedicado durante este último año Despina Doneva para elaborar Striving for Excellence: The effects of the "Bachillerato de Excelencia" program in Madrid

Con su trabajo Despina arroja algo de luz en el debate sobre las consecuencias del programa. Controvertido desde el momento de su implantación, el Bachillerato de Excelencia ha sido acusado de incrementar las desigualdades educativas y perjudicar a los alumnos con mayores dificultades al segregar a los estudiantes según su desempeño académico. Además, algunas asociaciones de padres han expresado públicamente su preocupación ante la posibilidad de que las notas de admisión en estudios superiores de sus hijos terminen siendo más bajas al cursar esta modalidad de Bachillerato. A pesar de que el programa lleva vigente desde 2011, todavía no ha sido evaluado, lo que convierte el trabajo de Despina en pionero.

Entrando en más detalles, el Programa de Excelencia en Bachillerato es una política dirigida a los estudiantes de alto rendimiento académico que han terminado la ESO (Educación Secundaria Obligatoria) y se disponen a iniciar el Bachillerato. El objetivo es crear en los centros públicos de enseñanza un ambiente capaz de reforzar y recompensar la motivación y aprendizaje de estos estudiantes. Para ello se crean las llamadas aulas de excelencia, donde los participantes en el programa siguen el mismo curriculum educativo (el itinerario de Ciencias y Tecnología o el de Humanidades y Ciencias Sociales) que el resto de sus compañeros, pero recibiendo más horas de clase. En concreto, reciben una hora adicional de Inglés en los dos años de Bachillerato, otra de Física, Química o Latín solo en el primero, y otra de Matemáticas en el segundo. Como complemento los alumnos participan en actividades como debates, proyectos de investigación o competiciones científicas.

Esta política comenzó a ser aplicada en el curso 2011/2012 en el IES San Mateo, dedicado exclusivamente a esta modalidad de Bachillerato. Posteriormente se han ido creando aulas de excelencia en otros centros hasta llegar a 12 en 2015/2016. Los estudiantes interesados en participar en el programa deben cumplir dos requisitos:
  • Tener al menos una nota media de 7 en los exámenes CDI (Conocimientos y Destrezas Indispensables) realizados en tercero de la ESO.
  • Obtener al menos una media de 8 en cuarto de la ESO teniendo en cuenta Lengua Española y Literatura, primera lengua extranjera, Ciencias Sociales y Matemáticas.
Sin embargo, también es posible entrar en el programa en segundo de Bachillerato siempre y cuando el estudiante acredite una media de 9 o más en el primer curso de esta etapa educativa.

La investigación de Despina se desarrolla en el marco de tres líneas de literatura científica. Por un lado, otros autores que han estudiado la educación selectiva implantada en colegios o programas para alumnos de alto rendimiento han detectado la influencia de esta en los ingresos futuros y perspectivas de empleo de los estudiantes. En segundo lugar, trabajos previos que se han ocupado de la segregación basada en las habilidades de los estudiantes han descubierto que tanto los de alto como los de menor rendimiento pueden beneficiarse de esta práctica. A esta conclusión llegaron Duflo, Dupas y Kremer (2008), cuya metodología toma como referencia Despina. Y por supuesto la aplicación del programa afecta a la composición de las clases y relaciones entre los alumnos (peer effects).

En cuanto a la estrategia empleada por la autora para abordar la tarea que se plantea, por claridad expositiva no entraremos en mucho detalle a la hora de explicar la Econometría que hay detrás de ella. Baste decir que lo que hace es comparar las notas de los estudiantes que están ligeramente por encima del umbral que determina si eres admitido en el programa con las notas de los que están ligeramente por debajo. De esta manera es posible separar los efectos del Bachillerato de Excelencia en los alumnos que lo cursan de aquellos otros sobre los estudiantes matriculados en los centros que ofrecen el programa pero no participan en él. 

Empleando las notas internas (obtenidas por los estudiantes a lo largo del curso en sus centros) y las externas (calificaciones de las Prueba de Acceso a la Universidad) tanto de centros que han implementado el programa como de centros que no, así como otros datos sobre las características de los individuos que forman parte de la muestra, Despina concluye que:
  • El programa no afecta a las notas internas de los estudiantes situados alrededor del umbral de admisión.
  • Los estudiantes de rendimiento más alto son los que más se benefician del programa tanto en sus notas internas como en las externas.
  • Los alumnos que asisten a centros que ofrecen Bachillerato de Excelencia pero no participan en el programa obtienen notas internas más bajas que alumnos similares matriculados en centros sin este Bachillerato. Las notas externas no se ven afectadas.
Por lo tanto, si bien es cierto que la política cumple el propósito para el que fue diseñada (favorecer la adquisición de conocimientos y habilidades de los estudiantes top), perjudica a los alumnos que asisten a centros con Bachillerato de Excelencia pero no lo cursan. Podemos pensar que esta circunstancia se debe a que los profesores de estos centros comparan a los alumnos de las dos modalidades de Bachillerato a la hora de evaluarles, resultando más exigentes de lo habitual. 

Claro que ninguna política está exenta de fallos y efectos no deseados. Pero no podemos dejar de reconocer el inestimable valor de investigaciones como esta. Al fin y al cabo, tener una actitud crítica con el sistema es necesario. Detectar sus errores es el primer paso para mejorarlo.

Autor:
Manuel V. Montesinos
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