Especulación Financiera: Posiciones Largas y Posiciones Cortas


Cuando invertimos en un mercado financiero como la bolsa, a veces lo hacemos con un interés especulativo, es decir, compramos un valor (también llamado acción) con la idea de devolverlo al mercado financiero una vez el valor haya alcanzado una determinada cotización: entramos en bolsa como mercado secundario, compramos y vendemos una cosa que por sí misma no nos aporta nada, tenemos la intención de encontrar un intercambio para nuestras acciones y no pretendemos quedárnoslas para que nos den dividendos, por ejemplo.

Si practicamos la especulación es porque tenemos una predicción (fundada o no) sobre lo que va a hacer la cotización de un determinado valor o producto financiero en el mercado de valores: es decir, pensamos que el precio va a subir o que va a bajar.

Esto se traduce en dos diferentes estrategias de especulación:

Las posiciones largas son las más conocidas y practicadas por el pequeño inversor: creemos que la cotización de un determinado valor en un mercado va a subir en el futuro. Por tanto, nuestra intención es comprar barato, que se revalorice, y vender caro, porque pensamos que el mercado es alcista (bullish market), y la diferencia menos comisiones será nuestro lucro.

Las posiciones cortas son exactamente lo contrario: pensamos que la cotización va a bajar en el futuro, pensamos que el mercado es bajista (bearish market). La peculiaridad de las posiciones cortas es que primero tenemos que vender para luego comprar, al revés que en las posiciones largas. Vendemos unas acciones que no tenemos (se las pedimos prestadas al banco o broker, es una venta a crédito, un futuro financiero), para luego recomprarlas más adelante a un precio menor. De esta manera, si se cumple nuestra predicción de que la cotización va a caer, ganamos con la operación. Se puede ganar en un mercado que baja.

Esta estrategia normalmente la siguen inversores institucionales o fondos, que tienen un importante poder de mercado, ya que tienen muchas acciones. Es frecuente que cuando un valor empieza a subir (los inversores ven que la tendencia bajista ha terminado), de repente sube todavía más: esto se explica porque se están cerrando los "cortos" o posiciones cortas, y el precio de la acción sube, debido a que se han comprado muchas acciones y hay menos oferta de las mismas. Es decir, las posiciones cortas pueden producir tanto fuertes bajadas de la cotización (venta masiva, un gran fondo adopta una posición corta, por ejemplo) como fuertes subidas (compra masiva, se cierra la posición corta porque ya no va a bajar más). 

Por este motivo en algunos mercados están prohibidas (como la CNMV durante un tiempo), pues tienen un gran potencial de incrementar la volatilidad, y no deja de ser una operación en la que tu vendes un activo que no tienes (aunque este riesgo ya se refleja en los intereses del crédito y comisiones del broker), pero en contrapartida incrementan la liquidez del mercado, haciendo posible más operaciones. Es importante tener en cuenta si hay grandes accionistas con posiciones cortas sobre el valor que nos interesa comprar para estar prevenido de estos posibles vaivenes del mercado.

Posiciones largas y cortas son las dos caras de una misma estrategia, y muchas veces se usan de forma complementaria, para protegerse de la volatilidad como si fuera un swap: podemos tener posiciones largas y cortas a la vez, en diferentes proporciones, podemos abrir una posición corta cuando no podemos cerrar una larga con pérdidas. Podemos utilizar ambas estrategias en diferentes productos financieros, no solo acciones.